Feminicidio.net en ACUNS (ONU): No existe una radiografía real del feminicidio en Europa

En la lucha contra los feminicidios, “los Estados deberían cooperar con ONG, instituciones independientes por los derechos humanos, la academia y representantes de las víctimas”, señala la Relatora Especial para la Violencia contra las mujeres, Dubravka Šimonović.

Las estadísticas desagregadas por sexo “no son suficientes” para el análisis de los feminicidios, según Angela Me, Jefa de Investigación y Análisis de Tendencias de la UNODC (la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito).

Andrada Filip, coordinadora de proyectos en WAVE: “La prensa europea todavía asocia el feminicidio solo a América Latina”.

 

Nerea Novo 

Viena. Denise Pikka Thiem, estadounidense de 41 años, fue asesinada cuando hacía el Camino de Santiago el 5 de abril de 2015 por Miguel Ángel Muñoz Blas, un desconocido de 39 años y origen español mientras que Laura del Hoyo, española de 24 años, fue víctima de un feminicidio cuando acompañaba a su amiga, Maryna Okarynska, a recoger las pertenencias de la casa de su exnovio, Sergio Morate (español de 27 años), el 5 de agosto de 2015. Magdalena Torres, española de 65 años, fue asesinada el 8 de noviembre de 2015 junto a su hija, a manos de su exyerno, L.M.C., de 41 años, que atacó a ambas mujeres en presencia de su hijo de 4 años. Estos son solo tres de los 52 casos registrados en Geofeminicidio en 2015 que no forman parte de las cifras oficiales de violencia de género del Estado español. Y, aunque ninguno quedó impune en los juzgados, la falta de reconocimiento oficial y social hace que se desvirtúe el significado de la violencia machista cuando el crimen se produce fuera del marco de la pareja o expareja.

Estadísticas incompletas e inaccesibles para la ciudadanía

En la prensa, el concepto de feminicidio se limita a reportajes puntuales que hacen especial referencia a la situación en Latinoamérica, donde la reacción del movimiento feminista ha provocado ya varias olas de manifestaciones a nivel global con el movimiento Ni Una Menos. “La prensa europea todavía asocia el feminicidio solo a América Latina. No se habla sobre el feminicidio en Europa” dice Andrada Filip, coordinadora de proyectos en WAVE, una red de organizaciones de mujeres en Europa, y voluntaria en ACUNS, el Consejo Académico para el Sistema de las Naciones Unidas, que desde 2012 ha constituido un equipo de trabajo dedicado a la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

Para Angela Me, Jefa de Investigación y Análisis de Tendencias de la UNODC (la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, por sus siglas en inglés), las estadísticas desagregadas por sexo no son suficientes para el análisis de los feminicidios. “Si queremos políticas mejor informadas contra los feminicidios necesitamos mejorar la calidad de los datos. Necesitamos invertir en sistemas de estadísticas criminales con una sensibilidad de género”. Destaca que, incluso en países de Latinoamérica donde el delito está tipificado, las cifras oficiales de condenas o procesos judiciales subestiman la cifra real de crímenes cometidos.

Andrada Filip recuerda que la anterior Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, Rashida Manjoo, ya identificó algunas tipologías de feminicidio, divididas en dos grandes categorías: los feminicidios directos y los indirectos. Entre ellos, contaba los asesinatos de mujeres por acusaciones de brujería o feminicidios relacionados con los crímenes de “honor”, entre otros. Sin embargo, “es mucho más complicado conseguir datos de algunos tipos de feminicidio, así que lo que se hace es limitarse a un cálculo factible en todos los países y eso supone contabilizar solo feminicidios íntimos y familiares”, aclara Filip. Muchos países no llegan a publicar ni siquiera estas estadísticas básicas.

Según los datos que se recogen en el Estudio Global del Homicidio, los hombres son “casi ocho de cada 10 víctimas” de homicidios a nivel global (UNODC, 2013, p. 28). Sin embargo, la desagregación por sexo, para Angela Me, Jefa del área de investigación de UNODC encargada de estos informes, “no es suficiente” y especificar la relación entre víctima y victimario es crucial para el estudio de las discriminaciones con resultado de homicidio. Según sus resultados, el 12% de los homicidios del mundo en 2012 fueron perpetrados por la pareja o la expareja de la víctima (UNODC, 2013, p.40). Entre ellos, la mayoría de las víctimas, el 79%, eran mujeres asesinadas por sus propias parejas o exparejas (UNODC, 2013, p. 54). Además, otros feminicidios ocurridos fuera de ese contexto, como los producidos en el marco de la violencia sexual por parte de desconocidos o los que se dan en el contexto de la familia, sin que medie relación afectivo-sexual, son invisibilizados en la mayoría de países, que no incluyen estadísticas lo suficientemente detalladas como para hacer la distinción entre feminicidios y otros asesinatos de mujeres (Feminicidio.net, 2017).

La falta de información detallada sobre la relación entre víctima y victimario, el motivo por el que se cometió el crimen o los actos violentos que llevó a cabo el autor para matar a la víctima, entre otros, no permiten una identificación real de los tipos de feminicidio. Legislaciones diversas a nivel nacional y regional también suponen una barrera a la hora de armonizar globalmente datos sobre un tipo de crimen específico. Es una tarea complicada incluso en el Estado español, donde el Consejo General del Poder Judicial y la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género dependiente del Ministerio de Sanidad, publica informes regulares con algunos de estos campos. Sin embargo, la información no es de acceso público ni reutilizable, lo que limita enormemente su uso divulgativo de cara a investigaciones posteriores o accesible a organizaciones de la sociedad civil.

En el centro, la Relatora Especial Dubravka Šimonović. De izquierda a derecha, H.E. Maria Assunta Accili (Embajadora de Italia) y Tiziana Zannini (Oficina del Primer Ministro de Italia), a su izquierda; y Ani Jilozian (Coalition to stop violence against women, Armenia), Andrada Filip (ACUNS y WAVE), Nerea Novo (Feminicidio.net) y Margaret Martin (Women’s Aid Ireland), a la derecha. Al fondo, miembros del equipo de voluntarias de ACUNS.

ACUNS y las buenas prácticas en la recolección de datos de feminicidios

Para acercar diferentes metodologías de análisis a los poderes legislativos, ACUNS organizó en mayo pasado un evento en el que se repasan buenas prácticas en la recolección de datos sobre feminicidios. ACUNS, es precisamente una organización dedicada a compartir y difundir conocimiento, además de facilitar la comunicación entre diversos actores en varias materias, especialmente las relativas a la cooperación internacional. En los últimos años, ACUNS (y, en especial, el equipo de Femicide en Viena) ha publicado siete volúmenes de «Femicide«, cuyo principal objetivo en su última edición (ACUNS, 2017) era la creación de un Observatorio del Feminicidio en cada país.

El principal objetivo de este evento, según Filip, era “dar visibilidad a las ONG que han desarrollado metodologías en el campo del feminicidio”, además de facilitar la comunicación con los representantes de los gobiernos, porque “es la sociedad civil la que realmente se acerca más a las víctimas y a las familias de estas”.

El equipo de ACUNS presentó el prototipo de la «Femicide Watch Platform«, una “base de conocimiento, en lugar de una base de datos” con la finalidad de “recolectar toda la investigación que se ha llevado a cabo en varios países y ponerla a disposición de todo el mundo para hacer accesible una visión más amplia de los trabajos previos, las metodologías, los expertos, los informes y estadísticas…”.

La convocatoria fue todo un éxito, según Filip, que no esperaba llenar la sala en la que tuvieron lugar los dos eventos principales. En el primero, Feminicidio.net acompañó a organizaciones de la sociedad civil armenia e irlandesa en la presentación de sus proyectos, metodologías y resultados. En una edición especial para ACUNS, Feminicidio.net presentó un adelanto del Informe Anual del Feminicidio en España 2015, una versión en inglés que verá la luz este mismo verano. Además, estuvieron presentes compañeras de Armenia e Irlanda, con proyectos tanto de reciente nacimiento como de larga trayectoria. En el primer caso, el informe hace una retrospectiva de 2010 a 2015 en el que se documentaron al menos 30 mujeres asesinadas por sus parejas o familiares a incluye un perfil de cada víctima y la relación con su agresor. En el segundo caso, Women’s Aid recoge datos de 1996 a 2016 en su informe «Behind Closed Doors«. Desde entonces, registran 209 mujeres asesinadas violentamente en Irlanda: el 54% por parte de su pareja o expareja, el 33% por un familiar masculino y solo un 13% fue asesinada a manos de desconocidos (p. 7).

En el evento intervino Marcos Vega Gómez, Asesor Especial en Cooperación Internacional contra el Terrorismo y la Delincuencia Organizada Transnacional, Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, representando al Estado español. En su discurso se refirió a los asesinatos machistas como “femicides” (un detalle no menor ya que en España, oficialmente, no se hace referencia a feminicidios), pero limitó su uso del concepto a aquellos crímenes perpetrados en el marco de la pareja o la expareja. Destacó la cifra oficial de víctimas mortales por violencia de género de 2016: 44 mujeres asesinadas (como si fuesen los únicos asesinatos por violencia de género, en un año cuyo subregistro de casos llegó al récord histórico anual del gobierno del Partido Popular con un 24,14% de los feminicidios íntimos no reconocidos oficialmente: uno de cada cuatro). El subregistro de casos oficiales según Feminicidio.net llega al 9% entre 2010 y 2015: uno de cada diez asesinatos en el marco de la pareja o expareja no fue reconocido oficialmente.  

Prioridad en el mandato de la Relatora Especial: un observatorio mundial de feminicidios

También la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, Dubravka Šimonović, ha apostado por priorizar durante su mandato la lucha contra los feminicidios y el avance en su documentación a nivel global. En esta tarea, según Šimonović, “los Estados deberían cooperar con ONG, instituciones independientes por los derechos humanos, academia, representantes de las víctimas y todos los actores relevantes que trabajan en este campo” (ACUNS Vienna Liaison Office, 2017, p. 5).

Tal y como recuerda la relatora (ACUNS, 2017, p. 6), la Convención de Estambul expresa en su artículo 11, que los Estados recojan y desagreguen “estadísticas relevantes de todos los tipos de violencia”. Insiste en recordar que el marco de referencia internacional ya está fijado por esta Convención, junto a la Resolución 70/176 de la Asamblea General de Naciones Unidas, la Recomendación número 19 del Comité General de CEDAW y el artículo 8 de la Convención de Belén do Pará. Todos ellos, centrados en la importancia de recoger y analizar estadísticas reales de violencia contra las mujeres, dentro y fuera del marco de la pareja o expareja.  “Necesitamos estadísticas con datos sobre la relación entre el victimario y la víctima -para saber si hablamos de feminicidios íntimos, feminicidios familiares u otros tipos de feminicidio”, insistió la Relatora Especial Šimonović. Para Andrada Filip, “es difícil encontrar un país entre los 28 miembros de la Unión Europea que haga un recuento real de los feminicidios” que se cometen en su territorio. De hecho, en Francia, Irlanda, Suecia o Reino Unido las estadísticas de homicidios entregadas a Eurostat no están desagregadas ni por el sexo de la víctima y del perpetrador ni por el tipo de relación entre víctima y victimario (Feminicidio.net, 2017, p. 39).

La Relatora Especial Šimonović propone, en este sentido, crear una infraestructura a nivel nacional y regional que permita analizar cada caso porque, insiste, “no son solo números, no hablamos solo de datos estadísticos, hablamos de historias trágicas de una violencia extrema”. Además, para la relatora es fundamental que se analice la violencia institucional en casos en los que cuerpos de seguridad nacionales o regionales no responden adecuadamente ante las denuncias de las víctimas o ante la investigación de un nuevo caso de feminicidio, además de atajar la falta de formación del funcionariado que tiene que tramitar la petición de las órdenes de protección o establecer un nivel de riesgo a cada víctima. Para ello, según  Šimonović, son clave los papeles de “los expertos nacionales u ONG, que permitan identificar los problemas sistémicos”.

Andrada Filip reconoce que “en los últimos años, en Naciones Unidas fueron capaces de identificar los vacíos y prácticas prometedoras en materia de violencia de género. También se han concienciado más sobre las recomendaciones publicadas por los expertos y expertas. Espero que consigamos avances importantes en los próximos años en recolección de datos sobre feminicidios y en el reconocimiento de todas las formas de violencia contra las mujeres”.

 

Bibliografía

UNODC – United Nations Office on Drugs and Crime (2013): Global study on homicide, United Nations Publication, Viena. http://bit.ly/1evHlB4 

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